El Mundo de las Religiones N.° 52 – Marzo/Abril 2012 —
La cuestión de cómo votan los franceses según su religión rara vez se aborda. Si bien, bajo el principio de laicidad, la afiliación religiosa no se ha preguntado en los censos desde el comienzo de la Tercera República, existen encuestas de opinión que ofrecen cierta perspectiva al respecto. Sin embargo, debido a su reducido muestreo, estas encuestas no pueden medir religiones demasiado pequeñas, como el judaísmo, el protestantismo o el budismo, cada una con menos de un millón de seguidores. No obstante, podemos obtener una idea precisa del voto de quienes se identifican como católicos (alrededor del 60% de los franceses, incluido un 25% practicante) y musulmanes (alrededor del 5%), así como de quienes se identifican como "sin religión" (alrededor del 30% de los franceses). Una encuesta de Sofres/Pèlerin Magazine realizada el pasado enero confirma las raíces históricas de derecha de los católicos franceses. En la primera vuelta, el 33% votaría por Nicolas Sarkozy, porcentaje que se eleva al 44% entre los católicos practicantes. También serían un 21% para votar por Marine Le Pen, pero la puntuación se reduce a la de la media nacional entre los católicos practicantes (18%). En la segunda vuelta, el 53% de los católicos votaría por Nicolas Sarkozy frente al 47% por François Hollande, y los católicos practicantes votarían un 67% por el candidato de derecha, e incluso un 75% para los católicos practicantes regulares.
Esta encuesta también nos dice que, si bien los católicos se alinean con la media de todos los franceses al colocar la defensa del empleo y la defensa del poder adquisitivo como sus dos principales preocupaciones, son menos numerosos que otros en preocuparse por la reducción de la desigualdad y la pobreza... pero más numerosos en preocuparse por la lucha contra la delincuencia. En última instancia, la fe y los valores evangélicos pesan menos en el voto político de la mayoría de los católicos que las preocupaciones económicas o de seguridad. Además, no importa si el candidato es católico o no. Resulta sorprendente, por tanto, que el único candidato importante en las elecciones presidenciales que muestra claramente su práctica católica, François Bayrou, no obtenga mayor intención de voto entre los católicos que entre el resto de la población. La mayoría de los católicos franceses, y especialmente los practicantes, se adhieren sobre todo a un sistema de valores basado en el orden y la estabilidad. Sin embargo, François Bayrou, en diversas cuestiones sociales con implicaciones éticas fundamentales, mantiene una postura progresista. Esto, sin duda, basta para desestabilizar a buena parte del electorado católico tradicional. Nicolas Sarkozy, sin duda, lo ha percibido, pues, en materia de leyes de bioética, homoparentalidad y matrimonio igualitario, se mantiene en línea con las posturas católicas tradicionales.
Por último, las encuestas del Centro de Investigación Política de Sciences Po muestran que los musulmanes franceses, a diferencia de los católicos, votan abrumadoramente por la izquierda (78%). Aunque tres cuartas partes de ellos ocupan empleos poco cualificados, observamos un voto específicamente vinculado a la religión, ya que el 48% de los trabajadores y empleados musulmanes se clasifican a sí mismos como de izquierdas, en comparación con el 26% de los trabajadores y empleados católicos y el 36% de los trabajadores y empleados "sin religión". En general, los "sin religión" —una categoría en constante crecimiento— también votan fuertemente a la izquierda (71%). Se observa así una extraña alianza entre los "sin religión" —generalmente progresistas en cuestiones sociales— y los musulmanes franceses, sin duda más conservadores en estos mismos temas, pero comprometidos con una lógica de "cualquiera menos Sarkozy".